lunes, 20 de abril de 2009

No es casualidad que esto me pase a mí. Mejor dicho, sería una causalidad, o como mantiene el Karma, "todo lo que haces, te volverá de la misma manera".
Hoy me levante a las siete de la mañana, desayune, me bañe y viajé hasta Capital.
Llegué a mi casa a las 9:30 de la noche, y en lo único que pensaba era en descansar escuchando música y hablando con ella.
Me sorprendí al momento que leí algo en su facebook. (Ya lo sé, no somos nada) pero igual a mi me dolió. Si le gusta otro chico, o por lo menos le parece lindo o buen pibe... todo bien, pero yo no tengo ganas de enterarme.
Mil veces me reprochó que no hagan las cosas que no me gustarían que me hagan. Y pongo mi mano en el corazón y esto a mi me dolió muchísimo. Me juego todo, que a ella le dolería lo mismo.
Desde su último beso, no compartí mi boca con nadie más. No tengo necesidad...
¿Adónde está su dolor?

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